Buttercup y Westley se casaron, vivieron felices, comieron perdices, y tuvieron una hija, a la que bautizaron con el aristocrático nombre de Wilhelmina (Vilma o Mina para los amigos). Cuando Íñigo Montoya se cansó de ser el Temible Pirata Roberts, Vilma decidió escapar a un inapetecible futuro de pétreos castillos, acartonados pretendientes y rosas rasos para sembrar el terror por los Mares del Sur. Desde entonces, ella es... La Temible Pirata Roberts. Y este es su diario de a bordo.
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